Carlos Rojas. Corresponsal Bogotá
La fama cafetera de Colombia cumplió hace pocas semanas 80 años. Si bien la actividad arrancó en 1900, fue 27 años después que se trazó un programa de apoyo estatal para darle al país el aroma mundial de café que ostenta.
El producto es generado por pequeños agricultores con fincas de hasta 10 hectáreas. Su posicionamiento en el mercado mundial es una lucha cotidiana que genera aplausos y críticas.
Para analizar al café colombiano y su peso en el mercado internacional se puede caminar por dos andariveles que no necesariamente convergen: el volumen de producción y la calidad.
Los sectores más críticos a la Federación Nacional de Cafeteros –el sector oficial que diseña las políticas de Estado- señalan que en los últimos 17 años la producción no creció. Pero el gerente general de esta entidad, Gabriel Silva, argumenta que el interés no es ambicionar un crecimiento disparado en volumen para no generar una sobre oferta mundial que incida en una abaratamiento de los precios del grano.
El objetivo es mantener los estándares de calidad que, a su juicio, han permitido sortear los embates del negocio.
En los últimos siete años, Colombia ha sido testigo de la consolidación productiva, tecnológica y exportadora del café de Brasil y el despertar de Vietnam. Además de la crisis ya superada de los precios, que bajaron en un 50%, del 2001 al 2002.
Actualmente, las preocupaciones del sector son causadas por la devaluación del dólar que, para este año, según Juan Carlos Laiton, periodista especializado del diario La Patria de Manizales (Eje Cafetero), afectará en USD 250 millones. (ver pág 10).
Aurelio Suárez, miembro de la opositora Unidad Cafetera Nacional, presenta sus argumentos. “En 1990, Colombia representaba el 16% de la exportación mundial de café. En este año, llegamos al 10%”. Asimismo, advierte que hace 17 años, el 18% de la producción mundial de café era colombiana y ahora ba bajado al 11%. “De 17 millones de sacos en 1992, ahora producimos 11,5 millones. Creo que Colombia ha sido el gran perdedor en la participación del comercio internacional del café”.
Suárez sostiene que los niveles de producción de Brasil con 34 millones de sacos en promedio y de Vietnam con 16 millones van muy por delante del café que exporta Colombia.
Para la Federación Cafetera, no se deben comparar los actuales niveles de producción con los de 1990, que constituyó el año más alto en la historia. “Prefiero relacionar las cifras actuales con las del 2001 y 2002, en plena crisis mundial”, opina Silva. En ese sentido asegura que Colombia pudo mantener los niveles de producción entre 11 y 12 millones de sacos. “Eso no ocurrió con Centroamérica, porque la calidad del café colombiano se impuso”.
Además, calcula que la producción de Brasil y Vietnam no puede ser relacionada con la de Colombia por dos razones. La primera es el tipo de agricultura, donde la industria brasilera es aplicada a grandes extensiones.
Colombia, por su parte, mantiene el sistema de pequeñas fincas en un paisaje geográfico diverso. El área cultivada de café en los últimos 17 años no ha crecido: sigue con las 874 000 hectáreas que aglutinan a 566 230 fincas cafeteras en todo el país.
El segundo factor es la calidad, donde el café colombiano es mejor que el de Brasil y Vietnam. Sobre todo, frente a este último que, como según la Unidad Cafetera Nacional, lidera la lista de países con una producción de 10 millones de sacos de ‘café basura’.
Y allí radica otro cuestionamiento a la Federación Nacional de Cafeteros. A juicio de Suárez, en el mercado mundial parecen tomar más fuerza los volúmenes de producción que la calidad.
De los 11,5 millones de sacos que produce Colombia, solo 1,5 se destinan a la elaboración de cafés especiales. El resto se usa para la mezcla mundial del producto procesado, donde entran los cafés de todo el mundo. “El de Colombia es el componente que agrega calidad a esa mezcla”.
La Federación Nacional refuta esas cifras, para insistir que la producción de cafés especiales es de 5 millones de sacos. Es decir, casi el 50% de su producción.
Cafetales envejecidos
Del total de hectáreas en Colombia, la mitad posee arbustos óptimos y la otra ha envejecido. La idea es renovar 60 000 hectáreas por año hasta el 2012.
Desde el 27 de septiembre, la marca Café de Colombia tendrá el sello de Indicación Geográfica Protegida, la calificación más importante que la Unión Europea da a un producto agrícola.
Vietnam produce 16 millones de sacos anuales a USD 0,50 la libra. Los 11,5 millones de sacos colombianos se venden a USD 1,20 la libra. Un saco pesa 120 libras.
Se espera que los proyectos anunciados por el Gobierno para incrementar los niveles de producción en un 6% anual, pero manteniendo las actuales áreas cultivas, lleguen a cumplirse. “La meta para el 2014 de cosechar los 17 millones de sacos anuales, con la calidad actual, es la gran apuesta”.
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=133778&id_seccion=6
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