Por cuenta de la variedad de preparaciones y tipos de café que se ofrecen en tiendas y restaurantes, cada vez más colombianos lo consumen.
El café del desayuno y el tinto después del almuerzo. Dos tazas de café al día para un total de dos kilos por persona al año. Eso es en promedio lo que un colombiano consume de su producto estrella, el que por años ha sido uno de los principales generadores de ingresos para el país, del que hay cerca de 873.000 hectáreas sembradas, del que se producen 12 millones de sacos (de 60 kilos) cada año. ¡Qué pena! Eso no es nada si por ejemplo se mira el caso de los argentinos, que son productores de vinos. El consumo de este licor es aproximadamente de 31 litros por persona al año. Y en Italia y Francia superan los 50 litros.
Sin embargo, parece que el asunto está cambiando y así se percibe -porque ni estudios ni mediciones se han hecho para comprobarlo que los colombianos están tomando más café por cuenta de la oferta en variedad de preparaciones y de tipos del mismo que cada vez figuran con más frecuencia en las cartas de restaurantes, tiendas especializadas y cadenas de comida rápida.
Mejor dicho, se pasó del tintico de cortesía después de comer o de afán en cualquier cafetería, a que el café se vuelva protagonista, y hasta que no se sepa cuál escoger ante tantas opciones, que resultan aún bastante desconocidas para muchos.
Las tiendas de Juan Valdez han tenido mucho que ver con este nuevo entusiasmo por la bebida de origen africano. "Muchas veces, con mis amigos,no suponemos como punto de encuentro uno de estos lugares. Nos tomamos algo, uno frío o un capuchino, y seguimos el plan", dice Alejandro Pérez, de 17 años.
Ese es el gran avance, el café está conquistando jóvenes, que miraban el cuento del tintico como cosa de 'cuchitos'. Pero ahora hay tantas opciones, que por ejemplo el menú de Juan Valdez tiene cerca de 30 preparaciones, y en el restaurante Leo, cocina y cava, ofrecen siete tipos de tinto según la región del país donde se cultivó el grano. "Se preparan de la misma forma, pero tienen diferentes aromas y sabores", dice Eduardo Rincón, del restaurante.
APRECIAR EL SABOR
Eso ya es un alto grado de especialización del paladar que todavía no tenemos, pero lo que buscan unos y otros es despertar el gusto. Y como en los vinos, lo que hay que hacer es probar y elegir con cuál o cuáles se quedan según como se sientan."Hemos notado, por ejemplo, que los jóvenes toman espresso, que es fuerte pero chiquito, para ir a clase o antes de una rumba. En la tarde prefieren los cafés fríos, con sabores, que son refrescantes. Y en general, los colombianos no perdonan su tinto tradicional después del almuerzo, pero están aumentando su tamaño. Hace cuatro años, lo tomaban de 4 onzas, hoy día lo piden de 7 y hasta 12 onzas. El capuccino también es de mucho consumo", comenta Eva Julia Celeita Mora, coordinadora de calidad Procafecol.
Así mismo, las ciudades de la costa norte y pacífica, prefieren el café fuerte y muy tostado; en Antioquia les gusta más bien suave con tonos de acidez, y en las ciudades del centro del país o zona andina, les gusta los intermedios.
Aunque según la zona del país donde se cultive, se pueden obtener aromas y notas muy particulares de un café (como en el vino), en general nuestro café es tipo suave.
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