El café peruano busca consolidarse en el mercado internacional

El café peruano, sustento de vida de centenares de campesinos andinos, busca consolidarse en el mercado internacional con un sello de calidad avalado por la experiencia de más de diez años de producción sostenida.

Tradicionalmente ausente en la dieta del país, el café peruano se cultiva en las estribaciones del bosque tropical o 'cejas de selva', entre los 800 y 2.000 metros de altura, en la vertiente oriental de los Andes.
En esas áreas, unas 150.000 familias se dedican a cultivar el grano y son artífices del 90 por ciento de la producción nacional.
Su dedicación, en la que encontraron una forma de superar los estragos de la guerra interna que sembró el terror durante 20 años en Perú, ha llevado a que el cultivo del café ocupe hoy un lugar destacado en la economía del país.
Y es que en un mercado encabezado indiscutiblemente por Brasil, que produce la mayor cantidad, y Colombia, que ostenta el título de la excelencia de calidad, Perú ha logrado hacerse un hueco al convertirse en el primer productor mundial de café orgánico.
El año pasado los caficultores produjeron más de cinco millones de quintales, la mayor cifra desde que hace 15 años se disparara el cultivo de este producto, el segundo más comercializado en el mundo después del petróleo.
No es menos significativo que en la última década el café ocupara el primer lugar de las exportaciones agropecuarias peruanas, que tienen en EEUU, Alemania, Bélgica y Suiza los principales destinos entre los 36 países a los que llega este producto.
Fuente de vida de dos millones de peruanos, el café se siembra en una extensión de 330.000 hectáreas, a lo largo de todo el territorio, y unas 70 empresas se dedican a su exportación.
En paralelo al crecimiento cuantitativo, el sector busca hoy un reconocimiento de su calidad, que tiene una sólida base en los microclimas y las distintas altitudes que presenta la geografía de país andino.
Para fomentarlo, el Consejo Nacional del Café, junto a otras entidades, ha convocado por tercer año consecutivo un concurso nacional con el que se pretende sentar las bases para constituir la marca 'Café del Perú'.
La competición, cuya final se llevará a cabo en la ciudad selvática de Tingo María en octubre próximo, contará con los diez mejores catadores nacionales y un jurado internacional.
Lejos de vislumbrar un futuro netamente optimista, los expertos determinan, no obstante, que la antigüedad de las plantas, la mayoría de más de 20 años, supondrá un obstáculo.
Según el presidente de la Cámara Peruana de Café y Cacao, Luis Navarro, ello conllevará a que este año la producción disminuya un 25 por ciento, por lo que se obtendrán aproximadamente cuatro millones de quintales, en torno a un millón menos que en 2006.
Navarro puntualizó que esta reducción se debe además a que el ciclo de producción de estas plantas es bianual, por lo que tras un año bueno sigue otro de calidad inferior.
Ubicados un áreas en altitud, en contacto con climas adversos, los pequeños cafetaleros peruanos son los herederos de los inmigrantes tiroleses, ingleses, franceses e italianos que llegaron al país a finales del siglo XIX y se convirtieron en pioneros del cultivo de este producto.
Ellos vivieron el auge cafetalero y fueron los promotores de las primeras exportaciones a Europa, concretamente a Inglaterra y Alemania, entre 1891 y 1895.
Tras épocas de crisis nacionales y depresiones internacionales, que marcaron ineludiblemente la producción del café, los sucesores de esos primeros cultivadores se afanan hoy por figurar en ese mercado internacional.
En esas áreas, unas 150.000 familias se dedican a cultivar el grano y son artífices del 90 por ciento de la producción nacional.
Su dedicación, en la que encontraron una forma de superar los estragos de la guerra interna que sembró el terror durante 20 años en Perú, ha llevado a que el cultivo del café ocupe hoy un lugar destacado en la economía del país.
Y es que en un mercado encabezado indiscutiblemente por Brasil, que produce la mayor cantidad, y Colombia, que ostenta el título de la excelencia de calidad, Perú ha logrado hacerse un hueco al convertirse en el primer productor mundial de café orgánico.
El año pasado los caficultores produjeron más de cinco millones de quintales, la mayor cifra desde que hace 15 años se disparara el cultivo de este producto, el segundo más comercializado en el mundo después del petróleo.
No es menos significativo que en la última década el café ocupara el primer lugar de las exportaciones agropecuarias peruanas, que tienen en EEUU, Alemania, Bélgica y Suiza los principales destinos entre los 36 países a los que llega este producto.
Fuente de vida de dos millones de peruanos, el café se siembra en una extensión de 330.000 hectáreas, a lo largo de todo el territorio, y unas 70 empresas se dedican a su exportación.
En paralelo al crecimiento cuantitativo, el sector busca hoy un reconocimiento de su calidad, que tiene una sólida base en los microclimas y las distintas altitudes que presenta la geografía de país andino.
Para fomentarlo, el Consejo Nacional del Café, junto a otras entidades, ha convocado por tercer año consecutivo un concurso nacional con el que se pretende sentar las bases para constituir la marca 'Café del Perú'.
La competición, cuya final se llevará a cabo en la ciudad selvática de Tingo María en octubre próximo, contará con los diez mejores catadores nacionales y un jurado internacional.
Lejos de vislumbrar un futuro netamente optimista, los expertos determinan, no obstante, que la antigüedad de las plantas, la mayoría de más de 20 años, supondrá un obstáculo.
Según el presidente de la Cámara Peruana de Café y Cacao, Luis Navarro, ello conllevará a que este año la producción disminuya un 25 por ciento, por lo que se obtendrán aproximadamente cuatro millones de quintales, en torno a un millón menos que en 2006.
Navarro puntualizó que esta reducción se debe además a que el ciclo de producción de estas plantas es bianual, por lo que tras un año bueno sigue otro de calidad inferior.
Ubicados un áreas en altitud, en contacto con climas adversos, los pequeños cafetaleros peruanos son los herederos de los inmigrantes tiroleses, ingleses, franceses e italianos que llegaron al país a finales del siglo XIX y se convirtieron en pioneros del cultivo de este producto.
Ellos vivieron el auge cafetalero y fueron los promotores de las primeras exportaciones a Europa, concretamente a Inglaterra y Alemania, entre 1891 y 1895.
Tras épocas de crisis nacionales y depresiones internacionales, que marcaron ineludiblemente la producción del café, los sucesores de esos primeros cultivadores se afanan hoy por figurar en ese mercado internacional.
Terra Actualidad - EFE
http://actualidad.terra.es/nacional/articulo/cafe_peruano_busca_consolidarse_mercado_1775935.htm
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