La revaluación del peso colombiano afecta las exportaciones de café
William Morales posee una pequeña finca cafetera en Aguadera Grande (Caldas-Colombia).
Con preocupación siente cómo la revaluación del peso frente al dólar amenaza con desfinanciar nuevamente los ingresos por sus cosechas. “Para que nuestro trabajo no arroje pérdidas es necesario que la carga de café se venda en 440 000 pesos”. Es decir, USD 220 al cambio actual.
Pero por efectos de la revaluación del peso, que genera pérdidas en la exportación, hay momentos en que la carga cae por debajo de 400 000 pesos. “El subsidio de la Federación de Cafeteros solo cubre el diferencial que perdemos hasta en 10 000 ó 20 000 pesos por carga”.
La idea, dice el periodista cafetero de La Patria de Manizales, Juan Laiton, “es mantener un equilibrio entre 410 000 y 420 000 pesos por carga”. Como el precio internacional del grano, que para el caso colombiano es de USD 1,2 por libra, es alto, la política de subsidio genera cierta tranquilidad entre los finqueros. Este ambiente, según estudios, se mantendrá unos dos años más.
El problema, explica la Unidad Cafetera Nacional, es que las autoridades colombianas en su afán de mantener los niveles de producción de hace una década están dejando a Colombia con un inventario de un millón de sacos, cuando en los años noventa se llegaban a los 10 millones.
Esto se evidencia en la cifra de importación de café de otros países que, según se calcula, ronda los 400 000 sacos anuales. Es posible que el café de contrabando tenga un volumen similar.
Según la Federación, Ecuador exportó a Colombia 76 000 sacos en el 2004, otros 314 000 en el 2005 y 244 000 se registraron en el 2006.
Son cifras altas si se las compara con las del 2004 cuando el volumen apenas llegó a los 76 000 sacos. La totalidad de estas importaciones, se estima, va al consumo total de Colombia cifrado en 1,5 millones de sacos del grano anuales.
Laiton espera que los planes anunciados por el Estado, para incrementar en 6% anual el nivel de producción, pero manteniendo las actuales áreas cultivadas, lleguen a cumplirse. “La meta para el 2014 de cosechar los 17 millones de sacos anuales, con la calidad actual, es la apuesta”. Actualmente, la producción es de 11 millones de sacos al año.
No obstante, opina Morales, es urgente lanzar un plan de incentivos agrarios que permita a las fincas multiplicar la mano de obra para las cosechas, pues esta se ha deteriorado por la migración de los campesinos a la ciudad o a otros países. “No queremos que haya más fincas cafeteras. Lo ideal sería tener un mayor volumen de cosecha”.
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=134088&id_seccion=6
William Morales posee una pequeña finca cafetera en Aguadera Grande (Caldas-Colombia).
Con preocupación siente cómo la revaluación del peso frente al dólar amenaza con desfinanciar nuevamente los ingresos por sus cosechas. “Para que nuestro trabajo no arroje pérdidas es necesario que la carga de café se venda en 440 000 pesos”. Es decir, USD 220 al cambio actual.
Pero por efectos de la revaluación del peso, que genera pérdidas en la exportación, hay momentos en que la carga cae por debajo de 400 000 pesos. “El subsidio de la Federación de Cafeteros solo cubre el diferencial que perdemos hasta en 10 000 ó 20 000 pesos por carga”.
La idea, dice el periodista cafetero de La Patria de Manizales, Juan Laiton, “es mantener un equilibrio entre 410 000 y 420 000 pesos por carga”. Como el precio internacional del grano, que para el caso colombiano es de USD 1,2 por libra, es alto, la política de subsidio genera cierta tranquilidad entre los finqueros. Este ambiente, según estudios, se mantendrá unos dos años más.
El problema, explica la Unidad Cafetera Nacional, es que las autoridades colombianas en su afán de mantener los niveles de producción de hace una década están dejando a Colombia con un inventario de un millón de sacos, cuando en los años noventa se llegaban a los 10 millones.
Esto se evidencia en la cifra de importación de café de otros países que, según se calcula, ronda los 400 000 sacos anuales. Es posible que el café de contrabando tenga un volumen similar.
Según la Federación, Ecuador exportó a Colombia 76 000 sacos en el 2004, otros 314 000 en el 2005 y 244 000 se registraron en el 2006.
Son cifras altas si se las compara con las del 2004 cuando el volumen apenas llegó a los 76 000 sacos. La totalidad de estas importaciones, se estima, va al consumo total de Colombia cifrado en 1,5 millones de sacos del grano anuales.
Laiton espera que los planes anunciados por el Estado, para incrementar en 6% anual el nivel de producción, pero manteniendo las actuales áreas cultivadas, lleguen a cumplirse. “La meta para el 2014 de cosechar los 17 millones de sacos anuales, con la calidad actual, es la apuesta”. Actualmente, la producción es de 11 millones de sacos al año.
No obstante, opina Morales, es urgente lanzar un plan de incentivos agrarios que permita a las fincas multiplicar la mano de obra para las cosechas, pues esta se ha deteriorado por la migración de los campesinos a la ciudad o a otros países. “No queremos que haya más fincas cafeteras. Lo ideal sería tener un mayor volumen de cosecha”.
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