martes, 25 de septiembre de 2007

Café de Colombia

44 jóvenes de Antioquia recibieron finca de 243 hectáreas de la Federación Nacional de Cafeteros

Se trata de un programa de la Federacíón que busca rejuvenecer al gremio, y que pretende vincular a mil nuevos caficultores en diez años.

Ferney de Jesús Présiga, de 28 años, soltero y sin un callo en las manos, hace parte de esa nueva generación. Él mismo reconoce que lleva cuatro años sin coger un azadón, pero lo volverá a hacer.

La finca que le entregaron a él y a otros 43 jóvenes vale 1.700 millones de pesos, y está localizada en Salgar (Antioquia), donde nació el presidente Álvaro Uribe.

En el acto estuvieron el Primer Mandatario, el ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, el presidente de la Federación, Gabriel Silva, y el representante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Rodrigo Parot.

Todo partió de un diagnóstico presentado hace poco en los 80 años de la Federación: los dueños de las 566 mil fincas dedicadas a sembrar el grano son de 53 años en promedio. Eso habla de un gremio que se envejeció sin dejar herederos.

Y le da sentido a la experiencia piloto, llamada Modelos Innovadores Jóvenes Agricultores, que será replicada en el resto del país, para reducir la edad promedio a 40 años.

La Federación consigue crédito, compra tierra fértil y se la asigna a personas de 18 a 35 años, con noveno de bachillerato para que la paguen a plazos. El trabajo es colectivo y se reparten las ganancias.

Un equipo conformado por un agrónomo, un técnico agropecuario, un administrador y un sociólogo estarán pendientes de que las cosas marchen.

El BID prestó 6 millones de dólares y hasta el 2010 la idea es conseguir otros 20 millones para vincular a mil jóvenes en total.

Los primeros elegidos

La primera convocatoria fue en Antioquia y se presentaron más de 300 aspirantes procedentes de Betulia, Salgar, Concordia y Ciudad Bolívar.

Después de un proceso en el que analizaron sus perfiles escogieron a los 44.

Así fue como llegó Ferney, quien creció entre surcos y beneficiaderos, hasta que, en el 2003, se enroló en el Ejército, prestó servicio y se quedó tres años como soldado profesional.
Salió de la milicia y no tuvo más alternativa que ser vigilante en Medellín.

"Hace cuatro años cojo una herramienta pero yo no me quedo en Medellín, lo que quiero es el campo", dice con vehemencia.

Su historia se parece en algo a la de Claudia Yolima Serna, de 26 años, soltera y con un hijo de 5 años. Ella es bachiller y ha vivido varios años en la ciudad. También tiene las manos tersas a pesar de haberse levantado en la brega de los cultivos.

Todo le cambió cuando se convirtió en madre y salió al rebusque: repartió publicidad, fue niñera y últimamente mesera en un restaurante.

Ahora ambos serán socios en la finca El Silencio, en la vereda La Siberia, de Salgar. Las perspectivas son buenas porque 119 de las 243 hectáreas están sembradas de café y los granos van madurando para coger la primera cosecha en octubre. Si el clima, las plagas y el precio internacional dejan, en 12 años serán dueños de su parcela.

La cosecha de octubre pinta bien

Este año el país producirá cerca de 13.000 millones de sacos de café.

Si se tiene en cuenta que en el 2002 fueron 10,5 millones de sacos, significa un aumento importante, más cuando es por mejoría en la productividad y no por incremento del área sembrada.

La noticia es todavía mejor en un ambiente de baja oferta y precios internacionales altos. Según el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Gabriel Silva, el consumo de la bebida en el mundo está creciendo entre 1,5 y 2,5 por ciento por año, y no solo por la apertura de nuevos mercados como los de Rusia, Asia y Oriente, sino porque los mismos productores están tomando más café.

NÉSTOR ALONSO LÓPEZ L.
Enviado especial EL TIEMPO
SALGAR (SUROESTE ANTIOQUEÑO)

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