martes, 4 de septiembre de 2007

Café Orgánico de Nicaragua

Un suizo que hace rimar café orgánico y ecología


La historia de amor entre Georges Duriaux y Nicaragua lleva ya casi 30 años. Hoy está consolidada con un proyecto integral productivo, ambiental y de turismo alternativo.

La "Nebliselva El Jaguar" se ubica a 28 kilómetros al norte de Jinotega, en la comarca El Aguacatal, a unos 200 kilómetros de Managua, capital de Nicaragua.

Integra una finca orgánica de café destinada sobre todo a la exportación mediante canales de comercio justo. Una reserva natural especializada, particularmente, en la protección de aves, mamíferos y plantas tropicales con singular acento en las orquídeas. Y, adicionalmente, un espacio apropiado para el turismo alternativo.

Un proyecto que tiene mucho de "sueño de niño" para este horticultor, paisajista y especialista en árboles frutales, originario de Farvagny le Grand, en el cantón de Friburgo, quien llegó por primera vez a Nicaragua en los años setenta.

Del sueño de niño...
"Mi primer viaje a Nicaragua fue en los meses de junio y julio de 1978 con un amigo, justo un año antes de la revolución sandinista. Fue pura coincidencia. Yo quería conocer Latinoamérica y él me propuso venir a Centroamérica", recuerda Georges Duriaux en su entrevista con swissinfo.

Fascinado por ese nuevo mundo tropical que acababa de descubrir, regresó en enero de 1979 con semillas y plantas para realizar una investigación de frutales de altura en Jinotega.

Luego de tres años firmó un contrato con la COSUDE (Agencia Suiza para el desarrollo y la cooperación), para impulsar un proyecto de cooperativas que se dedicaban a la fruticultura, viticultura tropical y ganadería (producción láctea).

"Luego de diez años, muy enamorado de este país y de su naturaleza, junto con mi esposa que es nicaragüense, compramos la finca 'El Jaguar', de cien hectáreas, donde comenzamos la nueva etapa de siembra de café biológico, según la denominación suiza, orgánico según como se lo conoce en Latinoamérica", recuerda.

Uno de los ejemplares que viven en la reserva.

Uno de los ejemplares que viven en la reserva. (jaguarreserve.org)

Al proyecto ecológico integral

El café orgánico 'El Jaguar' tiene hoy un éxito considerable en muchos restaurantes y supermercados de los Estados Unidos. "Cuenta con el sello de calidad otorgado por una importante firma certificadora norteamericana", explica.

Y aunque "en tanto suizo me gustaría exportar para mi país, es evidente que la distancia y los costos serían en ese caso mucho más elevados que ahora... Pero no descarto poder hacerlo alguna vez en el futuro", enfatiza Duriaux.

Se vende como "café de origen" y es comercializado por canales diferentes. "Allegro tiene una filosofía particular. Compran directamente a productores que conocen; visitan las fincas; promueven ellos mismos el producto... En muchos aspectos coinciden con la visión que Max Haavelar impulsa en Europa y en Suiza", subraya.

Abastece a un público particular, preocupado por su salud y calidad de vida, y por eso busca lo orgánico. Al mismo tiempo, sensible a la producción del medio ambiente y de lo social. "Y por ello evalúan muy positivamente todo el trabajo que realizamos en la reserva".

Y la lista de las iniciativas en pro del respeto de lo social y del medio ambiente en 'El Jaguar' es ya muy larga: investigaciones con aves; pago correcto a los trabajadores asegurándole el empleo todo el año; el no contratar mano de obra infantil; la viabilidad sostenible a nivel social... Muchas de las exigencias de los sellos de comercio justo europeo", enfatiza Duriaux.

Georges Duriaux.

Georges Duriaux. (swissinfo)

La protección del medio ambiente

Principio filosófico, preocupación que raya por momentos como una "obsesión", la familia Duriaux se ha convertido desde hace quince años en una activa promotora de la defensa ambiental.

"La propiedad tiene 80 % de bosque, en una zona de clima fresco a 1.350 metros de altura, la denominada "nebliselva", siempre nublada y muy húmeda. Y a ese bosque tan especial lo estamos protegiendo desde hace 15 años", explica.

Lo que permite hoy contar con muy diversas especies de árboles enormes, de maderas preciosas, helechos tropicales; más de 80 variedades diferentes de orquídeas, hábitat ideal de una fauna muy diversificada.

El Ministerio de Recursos Naturales y Medio Ambiente (MARENA) la declaró en 2005 como 'Reserva silvestre privada'. Un reconocimiento a la dedicación ambientalista sin límites; un premio a este "santuario de aves que hoy ya es reconocido a escala mundial", explica Georges Duriaux.

Escenario propicio para impulsar, desde hace algunos años, un nuevo proyecto adicional, complementario, "todavía en fase de consolidación". El del turismo ecológico, "particularmente de avi-turismo, con dos cabañas con espacio para catorce huéspedes".

Una parte menor del proyecto integral. "El turismo a escala humana y sostenible, es decir, para mantener el equilibrio con la lógica de la reserva natural sin descuidar la tarea esencial de la producción del café orgánico", enfatiza Duriaux.

Este friburgués treinta años después de su primer aterrizaje en Nicaragua se siente ya parte de esta geografía natural desbordante. Y confiesa que "a pesar de la distancia con Suiza, sigo regresando periódicamente para visitar a la familia y amigos, y disfrutar de las comidas de infancia". Una distancia que no es ruptura; un presente que integra, ya, sus dos mundos...

http://www.swissinfo.org/spa/portada/detail/Un_suizo_que_hace_rimar_cafe_org_nico_y_ecolog_a.html?siteSect=105&sid=8096389&cKey=1188915782000&ty=st

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