Déficit de mano de obra cafetera, entre el susto y la incredulidad
Según el Quindío esto pone al borde del abismo los planes de aumentar la producción. Para algunos productores el estudio del CRECE ratifica lo que se vivió en la cosecha de fin de año.
Luego de que el Centro de Estudios Regionales, Cafeteros y Empresariales (CRECE) presentó el pasado miércoles en el LXVIII Congreso Cafetero el informe sobre las perspectivas del mercado laboral, el silencio se apoderó del recinto Arturo Gómez Jaramillo donde estaban los cerca de 120 representantes del país.
No era para menos. Las cifras no eran nada alentadoras, más cuando se dejó en claro que en el 2005, de acuerdo con datos del período 1990 y 2004 y reportes del Ministerio de Agricultura, se tenía una pérdida anual de por lo menos 11 mil empleos que perdió el sector cafetero. Las cifras dejaron con la boca abierta a más de uno, e incluso unos sugirieron guardar silencio y no filtrar la información a los medios de comunicación.
Finalmente el estudio se conoció, por lo menos en sus primeras cifras, pero varios de los productores prefirieron no opinar sobre el asunto y esperar a que se dijera más el tema en los próximos encuentros.
Unos más aseguraron que el informe es la confirmación de lo que se vivió en esta cosecha de fin de año, donde la mayoría de regiones del Eje Cafetero trabajaron con un déficit que en muchas ocasiones superó el 25%.
El interrogante para algunos de los asistentes es que mientras los medianos y grandes cafeteros tienen un faltante de mano de obra que rodea los 140 mil empleos, los pequeños productores tienen un exceso de oferta de mano de obra, pues además de laborar en su tierra, también ofrecen su capacidad laboral en otras fincas, con el fin de mejorar sus recursos. Por eso, los cálculos del CRECE indican que hay una sobreoferta de trabajo de por lo menos unos 57 mil empleos.
Estudio válido o no
La Presidenta del Congreso Cafetero, Aura Vélez de Betancurth expresó su escepticismo frente al estudio, al considerar que primero se tiene que revisar más a fondo el informe, porque no es un problema global, sino que tiene características especiales en cada región.
Sin embargo, reconoció que la emigración de la gente de las áreas rurales a las urbanas comenzó a dejar solo el campo. "Parece que hicimos bien en educar a esa juventud, pero se nos fueron a buscar otras fuentes de trabajo".
Pero las cifras puede que no cuadren, no porque sean falsas, sino porque pueden ser peores. Ese es el concepto del Miembro Principal por Caldas ante el Comité Nacional, Mario Gómez Estrada, quien aseguró que en definitiva el estudio hay que actualizarlo, porque es muy factible que el escenario sea más complicado, teniendo en cuenta que el informe data del 2005, pero en dos años el país ha crecido como nunca con tasas de crecimiento del orden del 7%. Eso indica que hay muchas fuentes generadoras de empleo que absorbieron aquella mano de obra cafetera, y es evidente el desplazamiento del campo a la ciudad.
"El informe es una muestra palpable de lo que hemos vivido, pero me atrevería a decir que hoy estamos ante un escenario más delicado que demuestra el problema delicado en el que está la actividad".
Más allá de la credibilidad o no de las cifras, sobre la mesa se pusieron nuevas preguntas e interrogantes, que incluso estarán durante el próximo Congreso Cafetero Extraordinario que se efectuará en Caldas a finales de enero próximo, para definir el nuevo plan estratégico de la caficultura nacional.
Al borde del abismo
Uno de los primeros en exponer nuevas dudas fue el Miembro Principal por el Quindío, Carlos Alberto Gómez Buendía, quien aseguró que esto pone en riesgo las perspectivas de aumentar de productividad de 12 a 16 millones de sacos. Aunque inicialmente no se ve una coincidencia entre ambos aspectos, explicó que si ahora es difícil contratar mano de obra para recoger el café que hay en la zonas cafeteras, mucho más con un mayor nivel de café.
En su concepto primero se debería garantizar esa mano de obra y hacer estudios más profundos para solucionar el problema y luego pensar en mayor producción. "Si con la producción actual que tenemos sufrimos por esta luchas y estas tragedias, como será después de que se aumente en cerca del el 33%. Creo que nos vamos a lanzar al abismo".
Otro de los hechos delicados, es que no hay forma de sustituir esa mano de obra con otros mecanismos como recolección tecnificada como sucede en Brasil. La razón es muy clara, mientras en aquella nación las tierras son planas, en Colombia la situación geográfica y topográfica impiden que se pueda sustituir. "Estamos atados a la recolección manual".
Pero para James Maya, Miembro Principal del Comité Nacional por Risaralda, el aumento de la productividad no tiene una relación directamente proporcional con que haya un aumento de la mano de obra. Puso el caso de los pequeños, donde ellos mismos se autoabastecen y trabajan con su familia. Para el caso de los medianos y grandes, que cuentan con cafés tecnificados, van a requerir menos mano de obra o responder con el mismo empleo que hoy generan.
Lo claro es que el tema hay que analizarlo con mayor profundidad y definir planes como unos esquemas de seguridad social con mayor cobertura que cubran a los trabajadores migrantes que van rotando de finca en finca en la época de la cogida del café, explicó el Miembro Principal por Antioquia, Juan Camilo Restrepo.
Eso coincide con el Director del CRECE, José Leibovich, quien ha sostenido que la clave está en estimular a la mano de obra y ofrecerle unas mejores garantías sociales para tareas tan difíciles, como coger café.
Supone que al tener mayor seguridad social, estarán más conformes con el trabajo de la recolección. "Es claro que nuestra mano de obra no se puede reemplazar porque es un café de ladera, cuyos costos son imposibles cambiarlos y maquinizarlos. De todos modos esa es una de las características buenas del café colombiano, su carácter casi que artesanal, pero requiere un componente muy grande de mano de obra".
Por ahora algunas de las estrategias están planteadas, sin embargo habrá que esperar a que uno de los mayores problemas de los cafeteros, como es la escasez de mano de obra se pueda solucionar, porque de lo contrario la caficultora enfrenta un nuevo enemigo que la podría poner en riesgo de desaparecer.
Situación particular
El Ministro de Hacienda, Óscar Iván Zuluaga Escobar planteó trabajar a través de asociaciones y cooperativas, en conjunto con la Fundación Manuel Mejía, los comités departamentales y municipales que permitan realizar esas asociaciones con pequeños grupos que ofrecen su mano de obra y las las zonas aledañas donde se presenta un déficit de la mano de obra. "Un mecanismo de esta naturaleza ofrece grandes ventajas: en primer lugar los caficultores pequeños ofrecen y repartirían su tiempo de manera flexible. Estas asociaciones cumplen con el contrato con el caficultor grande y la asociación es la que planifica los tiempos con los distintos caficultores pequeños asociados".
Esto se complementaría con disponer de información, pues esta es una de las fallas que determina los graves desajustes del mercado. Los caficultores grandes a través del Sena y los Comités Municipales y Departamentales podrán contar con la información necesaria para efectos de planificar las labores en finca, y los caficultores pequeños para planificar su tiempo en finca.
http://www.lapatria.com/Noticias/ver_noticia.aspx?CODNOT=27181&CODSEC=7
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