Zafra Cafetalera: Entramado de voluntades
Detrás de cada bolsa de café que llega a nuestras manos hay un increíble entramado de voluntades. Desde el sudor de trabajadores y estudiantes en nuestras húmedas montañas, las cuidadosas mezclas en las torrefactoras hasta los valores fluctuantes de ese mercado loco de estos días.
Luego del huracán Ike muchos pensaron que la zafra cafetalera de Holguín sería como el conocido filme Misión Imposible. Sin embargo, hasta la fecha se han recogido 182 mil 262 latas, que representan el 53 por ciento de lo planificado.
Con apoyo de las fuerzas estudiantiles, en la segunda etapa de la escuela al campo, la zafra transcurre normalmente mientras se ejecutan dos tareas importantes a la vez: la cosecha y la recuperación de los daños del huracán. Los estudiantes participan en la recogida de la variedad Arábigo, independientemente de las afectaciones, también se recogerá del tipo Robusta.
En nuestra provincia se potencia la siembra de esta última especie porque tiene menores exigencias de suelo, humedad y es muy resistente a plagas y enfermedades.
Muestra un buen aspecto, casi no se gotea, madura más tarde y brinda mayores rendimientos, una lata de café robusta rinde el doble que una de arábigo.
Los cafetales sufrieron grandes daños por la caída de árboles de sombra. Actualmente existe un programa progresivo de recuperación para preparar las posturas de la próxima cosecha. La sombra se logrará por estacas o semillas, de especies como el júcaro, que es ideal para los cafetos.
Resulta muy importante proteger del sol las plantas que parirán en la próxima cosecha, porque estas desarrollan una respuesta de superviviencia, con incremento de los frutos pero disminución de la calidad del grano. Primero se trabaja con sombras temporales y se utiliza, para ello plantas de higuereta, plátano o leucaena.
En Holguín hay dos empresas dedicadas a la producción de café, la Cafetalera Sagua y la Forestal Integral de Mayarí, que tienen el 80 y el 20 por ciento, respectivamente, en los volúmenes productivos. Hasta el momento ambas Empresas manifiestan su compromiso de cumplir con la zafra y aproximarse lo más posible al estimado, que asciende a 342 mil 42 latas.
Las 640 toneladas de café para la venta acopiadas por Holguín se entregan a Guantánamo para dos propósitos fundamentales, la exportación y la elaboración de los sobres que recibimos en nuestras bodegas. En la torrefactora de nuestro territorio se realizan las mezclas de un 30 por ciento de café Arábigo y un 70 de Robusta.
El consumo nacional de café es de aproximadamente 25 mil toneladas al año y la producción nacional llega sólo a 10 mil toneladas, por lo cual se importa café para abastecer la demanda interna. Con vista a eliminar estas importaciones existe un Programa de Reordenamiento Cafetalero, que favorece la siembra de café de la variedad Robusta en la parte de las precordilleras.
Los volúmenes de café producidos en Cuba no ocupan un lugar destacado en el Mercado Internacional. Sin embargo, en calidad dejan atrás a grandes productores, pues presentamos una pequeña cantidad, fundamentalmente del tipo Cristal Mountain, que tiene mucha demanda.
Cuando el precio está a 3 mil dólares la tonelada, este tipo de café llega a cotizarse sobre los 10 mil, sobre todo entre los japoneses. Eso nos permite comprar más toneladas de un café menos especial pero también muy bueno, pues es producido por Brasil y México, que propicia una mayor cobertura nacional.
A la búsqueda de mayores rendimientos por latas de café cosechadas, de obtener una mayor calidad en el beneficio y en las mezclas, están trabajadores y estudiantes en nuestras húmedas montañas y en las torrefactoras. Mientras otros tratan de sacar el máximo de los valores fluctuantes del mercado. Es un gran entramado de voluntades férreas detrás de esa colada nuestra de cada día.
http://www.ahora.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=1458&Itemid=170
Detrás de cada bolsa de café que llega a nuestras manos hay un increíble entramado de voluntades. Desde el sudor de trabajadores y estudiantes en nuestras húmedas montañas, las cuidadosas mezclas en las torrefactoras hasta los valores fluctuantes de ese mercado loco de estos días.
Luego del huracán Ike muchos pensaron que la zafra cafetalera de Holguín sería como el conocido filme Misión Imposible. Sin embargo, hasta la fecha se han recogido 182 mil 262 latas, que representan el 53 por ciento de lo planificado.
Con apoyo de las fuerzas estudiantiles, en la segunda etapa de la escuela al campo, la zafra transcurre normalmente mientras se ejecutan dos tareas importantes a la vez: la cosecha y la recuperación de los daños del huracán. Los estudiantes participan en la recogida de la variedad Arábigo, independientemente de las afectaciones, también se recogerá del tipo Robusta.
En nuestra provincia se potencia la siembra de esta última especie porque tiene menores exigencias de suelo, humedad y es muy resistente a plagas y enfermedades.
Muestra un buen aspecto, casi no se gotea, madura más tarde y brinda mayores rendimientos, una lata de café robusta rinde el doble que una de arábigo.
Los cafetales sufrieron grandes daños por la caída de árboles de sombra. Actualmente existe un programa progresivo de recuperación para preparar las posturas de la próxima cosecha. La sombra se logrará por estacas o semillas, de especies como el júcaro, que es ideal para los cafetos.
Resulta muy importante proteger del sol las plantas que parirán en la próxima cosecha, porque estas desarrollan una respuesta de superviviencia, con incremento de los frutos pero disminución de la calidad del grano. Primero se trabaja con sombras temporales y se utiliza, para ello plantas de higuereta, plátano o leucaena.
En Holguín hay dos empresas dedicadas a la producción de café, la Cafetalera Sagua y la Forestal Integral de Mayarí, que tienen el 80 y el 20 por ciento, respectivamente, en los volúmenes productivos. Hasta el momento ambas Empresas manifiestan su compromiso de cumplir con la zafra y aproximarse lo más posible al estimado, que asciende a 342 mil 42 latas.
Las 640 toneladas de café para la venta acopiadas por Holguín se entregan a Guantánamo para dos propósitos fundamentales, la exportación y la elaboración de los sobres que recibimos en nuestras bodegas. En la torrefactora de nuestro territorio se realizan las mezclas de un 30 por ciento de café Arábigo y un 70 de Robusta.
El consumo nacional de café es de aproximadamente 25 mil toneladas al año y la producción nacional llega sólo a 10 mil toneladas, por lo cual se importa café para abastecer la demanda interna. Con vista a eliminar estas importaciones existe un Programa de Reordenamiento Cafetalero, que favorece la siembra de café de la variedad Robusta en la parte de las precordilleras.
Los volúmenes de café producidos en Cuba no ocupan un lugar destacado en el Mercado Internacional. Sin embargo, en calidad dejan atrás a grandes productores, pues presentamos una pequeña cantidad, fundamentalmente del tipo Cristal Mountain, que tiene mucha demanda.
Cuando el precio está a 3 mil dólares la tonelada, este tipo de café llega a cotizarse sobre los 10 mil, sobre todo entre los japoneses. Eso nos permite comprar más toneladas de un café menos especial pero también muy bueno, pues es producido por Brasil y México, que propicia una mayor cobertura nacional.
A la búsqueda de mayores rendimientos por latas de café cosechadas, de obtener una mayor calidad en el beneficio y en las mezclas, están trabajadores y estudiantes en nuestras húmedas montañas y en las torrefactoras. Mientras otros tratan de sacar el máximo de los valores fluctuantes del mercado. Es un gran entramado de voluntades férreas detrás de esa colada nuestra de cada día.
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