Por 30 años, Uriel Antonio Chiquito se ha dedicado de manera incansable al café. A pesar de vivir de cerca la crisis del 89 y otras que han seguido, dice que seguirá en la actividad porque definitivamente es un buen negocio, le ha permitido sacar a sus dos hijas adelante y mantener un hogar tranquilo.
Este productor de la vereda La Argentina, ubicada a unos 20 minutos de Quinchía se convirtió en el primero de Risaralda en tomar parte en la subasta por internet que realizará la organización Alliance for Coffee Excellence -ACE-, en abril como parte del Concurso Taza Excelencia 2009.
El certamen que llegó a su séptima versión y que tuvo como sede a Pereira, seleccionó entre 374 lotes de café de diferentes partes de Colombia a 28 cuyo grano estará en la puja virtual y en donde seguro romperán récord de valor.
Una vez conocidos los ganadores dentro del concurso, escogidos por 28 jurados provenientes de todos los rincones del mundo, LaTarde habló con Chiquito, para conocer más de su vida y sus secretos.
En medio de la emoción por haber ocupado el puesto 22 dentro de una competencia tan fuerte, afirmó y reiteró días después que no era su triunfo, sino el de los cafeteros de Risaralda, del Comité y la Cooperativa.
LaTarde: ¿Ya había participado en la Taza Excelencia?
Uriel Antonio Chiquito. No, es la primera vez que lo hice, por invitación del Comité Departamental. Nos fuimos a la subasta, es emocionante y primero se lo agradezco a Dios, luego al Comité Departamental, a la Cooperativa y a la Asociación de Productores de Café, Apecafé, a la que pertenezco.
¿Cómo es su finca?
Es pequeña, apenas 1,4 hectáreas está en la vereda La Argentina a 20 minutos en carretera de la cabecera municipal (Quinchía).
¿Por qué cree que ganó este premio?
Las razones... yo creo que el esfuerzo de largos años, pero ante todo por el trabajo conjunto y con gran esfuerzo, eso nos permitió lograr este resultado.
¿Pero cuál es el secreto que le permitió a Risaralda entrar por primera vez dentro de los grandes del café de la Taza Excelencia?
Es un trabajo cultural y ambiental, es un proceso que se hace de manera manual. Desde la recolección, secado al sol y beneficio que lo hago con fermentación natural y con un café tecnificado no mayor de cinco años de edad. El café joven permite más producción.
¿Usted cree que el café es negocio todavía?
Claro...para mí sí es negocio, eso sí, siempre y cuando sea un cafetal nuevo. A mí, por ejemplo, me cuesta producir una arroba 46 mil pesos porque tengo un problema de columna y tengo que contratar personal, pero aún así le doy gracias a Dios, porque con el café, levanté mi familia.
¿Cómo consiguió la finca que hoy tiene?
Es una herencia de mi abuela materna. Ella medio esta finca en donde cultivo café y plátano. Al año saco unas 178 arrobas de café.
¿Alguna de sus hijas seguirán con la tradición cafetera que viene de sus padres y abuelos?
Sí claro, mi hija mayor, Liliana Lorena, tiene 18 años y ahora trabaja en una tienda para ayudarnos, pero va a entrar a la universidad para hacer una carrera técnica agropecuaria y así coger la finca, pero con todo el conocimiento y sacarla adelante.
¿Y la menor?
Todavía no piensa en eso, está muy pequeña está en bachiller y le falta, pero ella vive conmigo y con mi esposa en la finca.
¿Qué le recomienda a los productores de Risaralda?
Que todos tenemos que seguir trabajando, comenzamos tarde en la tarea para alcanzar buenos puestos en la Taza Excelencia, pero yo no quiero ser el único, sino que otros 20 ó 30 de Apecafé y las otras organizaciones, sean los que en el próximo concurso ganen. Invito a la Federación, cooperativas y comités a ponerle corazón y esfuerzo para sacar al campo adelante.
http://www.latarde.com/economica/93-notas-economica/8116-el-cafe-nuevo-si-es-negocio.html
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