Del cafetal de Alejandro Flórez, salieron los 17 sacos que alcanzaron la cifra récord de 21 dólares por libra que pagó una firma de Estados Unidos.
En la finca El Porvenir, a tres horas a lomo de mula de la inspección de Jardín de Las Peñas, entre los municipios de Uribe y Mesetas, se sembraron dos hectáreas de un café especial que hoy tiene el precio internacional más alto en la historia de Colombia.
Para llegar a la parcela no hay carretera, sino una trocha por donde pasan las bestias y difícilmente un campero logra esa hazaña. Sus habitantes y los de otras fincas no tienen luz eléctrica, ni baterías sanitarias y su contacto con el mundo lo tienen a veces con un radio transistor.
No obstante, la calidad del café que se produce en esa tierra conquistó al exigente mercado de los Estados Unidos.
En una subasta por Internet, en la que participaron 76 compradores del mundo, la firma Cofee Bean Internacional le compró a Alejandro Flórez, propietario de la finca, un lote de 17 sacos de 70 kilos cada uno al histórico precio de 21 dólares la libra. En la bolsa de Nueva York, el café colombiano se paga a 1,18 dólares.
Ese lote ocupó el marzo pasado el mejor puntaje dentro del concurso Taza de la Excelencia 2009 y junto con otros 26 forma parte del grupo de cafés especiales que seleccionaron 25 catadores de café de Australia, Inglaterra, Colombia, Estados Unidos, Japón y Canadá.
Pero pese a la importancia del negocio y del reconocimiento en el ámbito mundial de la calidad del café que sale del Meta, Alejandro Flórez toma las cosas con calma y dice que la noticia es gratificante para los caficultores del Meta y que hay que trabajar duro para sacar cosechas de calidad y mantener el mercado abastecido. "No tenemos mucha producción, pero la poca cantidad la compensamos con calidad", dice sonriente Alejandro.
El secreto para tener un café especial está, según él, en las buenas prácticas de manejo en el cultivo y el beneficiadero, que aprendió con la Federación Nacional de Cefeteros y que aplica en cada cosecha.
Cada año, tras seleccionar la semilla y arreglar la tierra con abono que produce en la finca, Alejandro tiene claro que aunque no sabe muy bien en dónde queda el país en el que viven quienes le compran su café, ni cómo se hace una subasta mundial por Internet, de sus matas producen una bebida exquisita que seduce al mundo.
http://www.eltiempo.com/colombia/llano/cafe-cultivado-en-el-meta-batio-record-en-precio-internacional-con-mas-de-20-dolares-por-libra_5079669-1
Para llegar a la parcela no hay carretera, sino una trocha por donde pasan las bestias y difícilmente un campero logra esa hazaña. Sus habitantes y los de otras fincas no tienen luz eléctrica, ni baterías sanitarias y su contacto con el mundo lo tienen a veces con un radio transistor.
No obstante, la calidad del café que se produce en esa tierra conquistó al exigente mercado de los Estados Unidos.
En una subasta por Internet, en la que participaron 76 compradores del mundo, la firma Cofee Bean Internacional le compró a Alejandro Flórez, propietario de la finca, un lote de 17 sacos de 70 kilos cada uno al histórico precio de 21 dólares la libra. En la bolsa de Nueva York, el café colombiano se paga a 1,18 dólares.
Ese lote ocupó el marzo pasado el mejor puntaje dentro del concurso Taza de la Excelencia 2009 y junto con otros 26 forma parte del grupo de cafés especiales que seleccionaron 25 catadores de café de Australia, Inglaterra, Colombia, Estados Unidos, Japón y Canadá.
Pero pese a la importancia del negocio y del reconocimiento en el ámbito mundial de la calidad del café que sale del Meta, Alejandro Flórez toma las cosas con calma y dice que la noticia es gratificante para los caficultores del Meta y que hay que trabajar duro para sacar cosechas de calidad y mantener el mercado abastecido. "No tenemos mucha producción, pero la poca cantidad la compensamos con calidad", dice sonriente Alejandro.
El secreto para tener un café especial está, según él, en las buenas prácticas de manejo en el cultivo y el beneficiadero, que aprendió con la Federación Nacional de Cefeteros y que aplica en cada cosecha.
Cada año, tras seleccionar la semilla y arreglar la tierra con abono que produce en la finca, Alejandro tiene claro que aunque no sabe muy bien en dónde queda el país en el que viven quienes le compran su café, ni cómo se hace una subasta mundial por Internet, de sus matas producen una bebida exquisita que seduce al mundo.
http://www.eltiempo.com/colombia/llano/cafe-cultivado-en-el-meta-batio-record-en-precio-internacional-con-mas-de-20-dolares-por-libra_5079669-1
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