Del cafecito criollo al café brasileño con azúcar importada
Noticiero Agropecuario.- Se ha venido anunciando que pronto seremos testigos de uno de los hechos más relevantes del fracaso de las políticas públicas en el Sector Agroalimentario venezolano. Nos referimos a la necesidad de importar café para satisfacer la demanda interna. Hecho sin parangón en los ciento noventa y ocho años de la vida republicana.
Cómo pudimos llegar a esta situación en un rubro tan importante para la “Revolución”?. Las reflexiones que siguen tratan de dar una explicación de lo inexplicable.
Dentro de las primeras acciones realizados por este vetusto gobierno, allá por 1999, fue eliminar el Fondo del Café, organismo que si bien es cierto, no podría señalarse como modelo institucional, llevaba programas de fomento y desarrollo cafetalero importante. Pues bien, se eliminó el Fondo y no se sustituyó por otro ente, y los programas y acciones adelantados por este organismo, fueron abandonados. El café quedó a la deriva, sin responsable directo en el concierto de organismos públicos surgidos en los diez años de “revolución”. He allí la primera causa del fracaso cafetalero. El vacío institucional responsable de coordinar un rubro de importancia social de primer orden (más de 50.000 explotaciones, la inmensa mayoría de ellas, menores de
No escapó a los teóricos, tras bastidores, del régimen, la importancia de hacerse de este sector y adelantar programas que garantizaran disponer de este extraordinario caudal electoral. Las primeras acciones se dirigieron a otorgar ingentes recursos en créditos para los caficultores y en efecto, se hizo. Lamentablemente no privaron criterios técnicos y los recursos otorgados se desvanecieron, sin lograr un mínimo impacto productivo y con secuelas de corrupción, de cuyos resultados nada se sabe. Esta es la segunda causa del problema, despilfarro de recursos no planificados.
Vistos los pobres resultados de las acciones crediticias desarrolladas entre 1999 y el 2000, en los años sucesivos se formularon varios Planes Nacionales de Café. El primero, en 2001, contemplaba: mantener
Los Planes de café, entre otros aspectos, han incluido: legalización de la tenencia de la tierra de los caficultores, construcción de viviendas, vialidad agrícola, dotación de vehículos pesados y tractores, construcción de 12 torrefactoras, atención de la salud de la población dependiente del rubro, educación especial para la zonas cafetaleras y llevar a Mercal a las montañas. Los organismos comprometidos con los Planes de café han sido, entre otros: MAT y sus organismos de adscripción, Ministerio de
Se estima que la “inversión” en los planes de café, en todos estos años, supera los 2.000 millones de bolívares; no obstante los resultados, desde el punto de vista agrícola, no pueden ser más desalentadores. Las cifras del MAT registran una caída de la producción del 24%, entre 2001 y 2007 y una disminución de la superficie cosechada del 23% en los mismos años. Permítasenos, entonces, señalar una tercera causa de la problemática cafetalera: improvisación, descoordinación, despilfarro y corrupción en la formulación y ejecución de los Planes de café y sobre todo, falta evaluación y control de los planes.
Quizás la causa más importante de los resultados que ofrece este rubro, es la desacertada política comercial, caracterizada por el control y el congelamiento de los precios en el circuito productivo del café, divorciada de las realidades de los agricultores, demás actores productivos y de la situación internacional de este rubro.
En otras columnas hemos indicado que los agricultores más que Planes de café, demandan precios justos, y es el congelamiento de los precios, el responsable de primer orden de los pobres y negativos resultados que exhibe la caficultura y de las importaciones que el Gobierno se verá forzado a realizar, para abastecer el mercado interno. El mercado internacional del café registra precios con tendencia alcista en lo que va del 2009 y la oferta accesible para Venezuela, pareciera restringida al Brasil, cuya calidad no es muy inferior a la nuestra.
Pero como dijimos que nos tomaríamos un café con azúcar, debemos señalar que se estima en más de 500.000 t, las importaciones necesarias para cubrir la demanda de azúcar durante de este año. La zafra del año 2009-2010, se estima por debajo de 7.300.000 t, un descenso de 1.000.000 t, con respecto al año anterior. En este cultivo, los planes anunciados por el Ejecutivo y la “inversión” realizada en fábricas y campo, tampoco impactan la producción y los resultados son negativos.
En 2009 seremos testigos de dos record históricos en el país, la importación de medio millón de toneladas de azúcar y la primera importación de café de
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