La vejez de sus plantaciones, las malas prácticas agrícolas y los factores climáticos inciden en el rendimiento de los productos agrícolas que mayor peso tienen en la economía: cacao, café y banano. Los tres representan el 12 % de las exportaciones del país y suman 757 000 hectáreas.
Los cafetales tienen en promedio entre 30 y 40 años. Y son plantas que por su vejez apenas arrojan entre 5 y 7 quintales de café oro (arábigo) por hectárea.
Juan Alberto Vera, director ejecutivo del Consejo Cafetalero Nacional (Cofenac), sostiene que los agricultores no usaron la fertilización básica al plantar los cafetos ni durante la vida productiva de la planta. Las podas han sido casi nulas y no se ha trabajado en la conservación de los suelos. A esto suma la pérdida de siembras por el fenómeno de El Niño, que ocurrió hace menos de 10 años.
Esto ocasionó una baja en la producción en el país. Hasta 1998 se lograban más de 1,4 millones de sacos de 60
kg por año. Ahora, se ubica en 650 000 sacos.
Vera apunta hacia un programa de reconversión, que ayer dio su primer paso. Con un presupuesto de USD 3,2 millones se busca que los cultivos de 1 200 familias (en Manabí, Loja y Los Ríos) se conviertan en fincas integrales.
Es un programa piloto para la región, auspiciado por el Consejo Internacional del Café. La idea es que las
actividades, casi domésticas, de cría de aves, cuidados de árboles frutales y hasta incursión en la piscicultura sean más agresivas en los campos de las provincias de Manabí, Loja y Los Ríos.
Julio César Delgado, director general del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) dice que el Ministerio de Agricultura, tiene un plan para recuperar 50 000 hectáreas. Con la siembra de nuevas plantas de café arábigo las proyecciones son obtener entre 30 y 40 quintales por hectárea (q/ha), como sucede en Colombia y Brasil.
Un plan similar se maneja para el cacao. Estos cultivos tienen una edad promedio de entre 40 y 60 años. Y, por ende, su material genético ha perdido productividad.
Pablo Vega, gerente de la Asociación Nacional de Exportadores de Cacao (Anecacao), explica que en el país existen dos variedades: el CCN51 y el fino de aroma.
El primero tiene mayor productividad (50 y 60 q/ha). Pero requiere más cuidado, ya que su raíz es superficial y puede tener problemas en las épocas de sequía. Y necesita sistemas de riego. “Si no tiene cuidados solo rinde 20 o 30 q/ha”.
El fino de aroma (o nacional), en cambio, tiene una raíz que absorbe más nutrientes. Pero su producción actual es de 5 y 6 q/ha. Con una renovación de las plantas, se podrían cosechar entre 30 y 40 q.
El Ministerio promueve la implantación de 20 000 nuevas hectáreas de cacao fino de aroma. Este producto tiene una mayor aceptación en el mercado mundial y, por ende, un mejor precio.
También se espera rehabilitar otras 30 000 hectáreas que tienen problemas de productividad. En banano, explica el productor Sergio Seminario, las plantaciones han perdido vigor, pues tienen entre 40 y 50 años.
La reconversión se hace a través de meristemas o clones que generan mayor productividad. Cada uno cuesta entre USD 0,80 y USD 1. Solo el 15% de los cultivos, sobre todo en Los Ríos, se ha renovado. “El Estado no está apoyando. Aquí son productores más grandes ”.
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