jueves, 22 de noviembre de 2007

Starbucks en Brasil


SAO PAULO (AFP) — Cuando la estadounidense Starbucks abrió sus puertas en Brasil hace un año, sabía que enfrentaba un reto pretendiendo venderle su producto al mayor productor de café del mundo. Hoy su éxito está confirmado con creces tras convertirse en un exclusivo lugar de encuentro de la clase alta.

El pasado mes, esta cadena basada en Seattle abrió su séptimo establecimiento en Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil en la que todavía sobreviven algunas de las mansiones de los barones del café del siglo XIX.

Sus elevados precios -una taza de café cuesta seis reales (3,4 dólares), tres veces más que en cualquier bar del país- no han puesto freno a las largas colas en la caja.

Por el contrario: los brasileños adinerados que acuden a Starbucks ven este lugar casi como un club exclusivo para los privilegiados.

"El nivel social de la gente aquí es bastante alto", dijo una cliente, la consultora informática de 28 años Monica Lorosue, mientras bebía su café en una de las tiendas más nuevas de Starbucks en el exclusivo barrio Jardim Paulista, protegido en la puerta por un guardia uniformado.

A su parecer, la receta del éxito de Starbucks en Brasil ha sido "crear un refugio para la élite". Además, asegura que el proyecto promueve la valorización la cultura americana.

Buck Hendrix, gerente para América Latina de Starbucks, niega la percepción de que esta compañía sea un ícono estadounidense, y aún desconsideró la etiqueta elitista, atribuyendo el éxito de la compañía al diseño "acogedor" de sus establecimientos, en una entrevista telefónica con la AFP desde Miami.

"Brasil sabe más de café que cualquier otro país del mundo" y "nosotros tenemos mucho que aprender de los brasileños sobre café", dijo el gerente, quien informó que la compañía recibe unos 500 clientes por día en Brasil, uno de los países con mejor resultado en América Latina.

Parte del éxito de Starbucks fue atribuido a Maria Luisa Rodenbeck, la dinámica ejecutiva de 49 años que presentó un agresivo plan de negocios a la cadena años atrás, y que se convirtió en su socia brasileña. Lamentablemente, Rodenbeck murió el pasado mes cuando el taxi en el que viajaba chocó con un autobús en su nativa Rio de Janeiro.

Hendrix, que asumió las riendas desde entonces, asegura que la muerte de Rodenbeck no ha cambiado los planes de la cadena cuya operación mundial generó ingresos de 7.800 millones de dólares y beneficios de 564 millones en 2006.

Starbucks está abriendo dos nuevos establecimientos en Sao Paulo y proyecta abrir sus puertas también en Rio de Janeiro, en uno o dos años. Ello dentro de la estrategia de expansión en América Latina, que hoy tiene 250 (la mitad en México) de sus 15.000 establecimientos en el mundo.



http://afp.google.com/article/ALeqM5hFqNpGP5JBnSfDLDlXy14BtXfSjw


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