Chocolate Café basa su negocio en dar confort y placer a la clase media, y ahora se prepara para el gran despegue
Mientras estudiaba economía en EU, Álvaro López Zermeño sintió el compromiso de regresar a México. “La mejor manera de aportar al país es generando empleos”, pensó.
Tras realizar un diagnóstico, obtuvo dos datos determinantes: uno, el potencial en la clase media, que agrupa a 40% de la población y está desatendida; dos, que la comida rápida registró, en dos décadas, crecimientos de 20% anualmente.
Con esa información, López Zermeño tuvo la receta para diferenciarse: “Decidí competir en un nicho con gran necesidad de servicios de calidad y precio, dando confort y placer”.
Obtener la mezcla no era sencillo: “Nadie me conocía y tenía que ofrecer una valor agregado”. Para competir con franquicias y más de 1,500 cafeterías independientes en el DF, diseñó no sólo el mobiliario de su negocio, sino hasta la forma de los panes que sirve con cada platillo.
En diciembre de 2004, abrió su primer establecimiento en el barrio capitalino de Santa María la Ribera, al que denominó Café-escuela. Reclutó al personal que capacitaría como agresivos vendedores. Y luego, ya bajo el nombre de Chocolate Café, sumó en promedio un establecimiento por mes hasta llegar a 15 unidades. En octubre de 2006, compró cuatro cafeterías más en Guadalajara. Ahora cuenta con más de 100 empleados y factura alrededor de 17 millones de pesos (mdp).
La receta de López Zermeño resultó adecuada. Se estima que cada mexicano consume al año unas 175 tazas de café.
La Asociación Mexicana de Cafés y Cafeterías de Especialidad (AMCCE) apunta que el sector se ha favorecido por los cambios de estilo de vida y consumo en el país –como la incorporación de las mujeres al trabajo (que se traduce en que 32% de la población come fuera de casa), la pirámide poblacional mayoritariamente de jóvenes (26.3%, según el INEGI) – que generan nuevos nichos a los que las cafeterías pueden atender.
Las perspectivas son aún mejores si se toma en cuenta que “el consumo por persona en México podría llegar a dos kilos en 2010”, afirma Marcos Gottfried, vicepresidente de Tradex Exposiciones, organizadora de ExpoCafé.
De acuerdo con la AMCCE, “lo que importa no es el volumen de ventas sino el porcentaje de ganancias, al menos en el perfil de las cafeterías o barras de café”.
En Chocolate Café, el margen oscila entre 26 y 30% del nivel operativo de cada unidad, según su ubicación.
Gracias a eso, prevén cerrar 2007 con 23 cafeterías propias, más las franquicias, que lanzó este mes, bajo dos esquemas: el tradicional, con inversión de 200,000 pesos, 3.5% de regalías sobre ventas y 2.5% para publicidad. Y el ‘llave en mano’, de 800,000 a 900,000 pesos, que incluye capacitación y mobiliario.
“Si lanzamos bien las franquicias, llegaremos a 30 cafeterías a fin de año. El plan es crecer de 12 a 18 establecimientos anuales en los próximos cuatro años”, comenta.
López Zermeño dice que el negocio huele bien y que todavía tiene un crecimiento potencial importante. Sus cafeterías consumen 1.5 toneladas de café y realizan 45,000 operaciones mensualmente.
http://www.cnnexpansion.com/emprendedores/los-10-emprendedores-del-2007/un-cafecito-por-el-pais?q=2938371336
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