Una cafetería lojana financia proyectos sociales
El Sendero es una iniciativa de voluntarios extranjeros, al mes facturan más de USD 3 000. El 30% se destina para obras sociales.
El Sendero es la cafetería más popular entre los turistas extranjeros y los jóvenes en Loja. Está frente a la plaza San Sebastián, rodeada de edificios construidos en el siglo pasado.
Desde hace dos años es el punto de encuentro de quienes pasean por esta urbe. Allí conversan, utilizan sus computadoras personales y hasta realizan las tareas del colegio o la universidad.
Roberto Collins, administrador de este local, dice que la idea era posicionarlo como un sitio donde la gente se sienta cómoda y que los adolescentes tengan un espacio donde no se venda bebidas alcohólicas ni cigarrillos.
“Hace dos años llegué a Loja. Los chicos rondaban las calles de un lado a otro. No tenían un espacio para divertirse tranquilamente o leer una buena revista”, explica.
Collins es un economista estadounidense. Trabajó en compañías internacionales vinculadas con Wall Street. Pero hace un lustro cambió las finanzas por el voluntariado en Latinoamérica.
Él asegura que el dinero que se recauda en el ‘coffee shop’ sirve para financiar programas sin fines de lucro. En el 2005, El proyecto forma parte de un programa de la fundación Operación Esperanza.
“Esta organización recibe recursos de otros países para proyectos de educación, salud y más, en zonas pobres. Las iniciativas son impulsadas por los voluntarios que viajan por América del Sur.
Con USD 20 000 se acondicionó la cafetería. Los meseros son extranjeros de Alemania, España, Estados Unidos y sirven ataviados con llamativos delantales azules.
“El concepto fue llamativo. El Sendero ofrecía espacios para conversar y hacer los deberes. La idea nos pareció genial y empezamos a frecuentarlo”, dice José Montaño, estudiante de 20 años.
Para la estudiante de Medicina, Lorena Morales, los precios también incide en el éxito de la cafetería. “Un café cuesta USD 0,50. Lo más caro son unos sánduches grandes que valen USD 2,50”.
El Sendero abre de martes a sábado. Los fines de semana se llena. “Hemos atendido hasta 1 000 personas en un día”, señala Sherly Greenwood, enfermera estadounidense, quien trabaja como mesera en esta cafetería.
Los ingresos mensuales del negocio superan los USD 3 000. El 30% se emplea para proyectos sociales. El resto se distribuye en el pago de arriendo y alimentos para abastecer la cocina.
El Sendero es una iniciativa de voluntarios extranjeros, al mes facturan más de USD 3 000. El 30% se destina para obras sociales.
El Sendero es la cafetería más popular entre los turistas extranjeros y los jóvenes en Loja. Está frente a la plaza San Sebastián, rodeada de edificios construidos en el siglo pasado.
Desde hace dos años es el punto de encuentro de quienes pasean por esta urbe. Allí conversan, utilizan sus computadoras personales y hasta realizan las tareas del colegio o la universidad.
Roberto Collins, administrador de este local, dice que la idea era posicionarlo como un sitio donde la gente se sienta cómoda y que los adolescentes tengan un espacio donde no se venda bebidas alcohólicas ni cigarrillos.
“Hace dos años llegué a Loja. Los chicos rondaban las calles de un lado a otro. No tenían un espacio para divertirse tranquilamente o leer una buena revista”, explica.
Collins es un economista estadounidense. Trabajó en compañías internacionales vinculadas con Wall Street. Pero hace un lustro cambió las finanzas por el voluntariado en Latinoamérica.
Él asegura que el dinero que se recauda en el ‘coffee shop’ sirve para financiar programas sin fines de lucro. En el 2005, El proyecto forma parte de un programa de la fundación Operación Esperanza.
“Esta organización recibe recursos de otros países para proyectos de educación, salud y más, en zonas pobres. Las iniciativas son impulsadas por los voluntarios que viajan por América del Sur.
Con USD 20 000 se acondicionó la cafetería. Los meseros son extranjeros de Alemania, España, Estados Unidos y sirven ataviados con llamativos delantales azules.
“El concepto fue llamativo. El Sendero ofrecía espacios para conversar y hacer los deberes. La idea nos pareció genial y empezamos a frecuentarlo”, dice José Montaño, estudiante de 20 años.
Para la estudiante de Medicina, Lorena Morales, los precios también incide en el éxito de la cafetería. “Un café cuesta USD 0,50. Lo más caro son unos sánduches grandes que valen USD 2,50”.
El Sendero abre de martes a sábado. Los fines de semana se llena. “Hemos atendido hasta 1 000 personas en un día”, señala Sherly Greenwood, enfermera estadounidense, quien trabaja como mesera en esta cafetería.
Los ingresos mensuales del negocio superan los USD 3 000. El 30% se emplea para proyectos sociales. El resto se distribuye en el pago de arriendo y alimentos para abastecer la cocina.
Detalles
La capacidad de la cafetería es de 90 personas, que son atendidas por tres personas. Al mes se asignan USD 500 para los salarios.
Los jóvenes lojanos también pueden trabajar como meseros, si desean perfeccionar su inglés con los voluntarios extranjeros. El horario de la cafetería es de 16:00 hasta las 20:00.
En Bolivia,Ia fundación Operación Esperanza tiene otra cafetería de las mismas características. Los directivos piensan abrir otro local de estos en Cuenca, en el transcurso de este año.
http://www.elcomercio.com/noticiaEC.asp?id_noticia=162532&id_seccion=6
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