Café mexicano alcanza la cima del cielo
Aunque el trabajo ha sido arduo, para esta compañía ha valido la pena, ya que Endeavor, un organismo que apoya a emprendedores, la está impulsando a Europa
Desde muy joven, Pablo González Cid comenzó a buscar oportunidades en el mundo laboral. Cuando cursaba la preparatoria, trabajó en una casa de bolsa; años más tarde inició junto con un amigo un modesto negocio donde vendía mariscos, pero su primer acercamiento al mundo del café ocurrió cuando su familia adquirió una franquicia de la cafetería estadounidense Gloria Jeans, ya para ese entonces Pablo González estudiaba Administración de Empresas en la Universidad Anáhuac.
Pero la inspiración de iniciar un negocio propio y adentrarse de lleno al mundo del café no llegó del cielo. A finales de la década de los 90 comenzó a repuntar el negocio de las cafeterías en México con la importación de franquicias y el desarrollo de nuevos conceptos para participar en un potencial mercado.
Durante un viaje a Italia, González Cid decidió que su carta fuerte sería la calidad del café mexicano, pero enfrentó diversos obstáculos, porque para poner el grano nacional a la altura del de países como Colombia era necesario adentrarse a la investigación, desarrollar nuevos productos, empaques, presentaciones y conceptos, pero sobre todo ampliar sus conocimientos en la materia. Fue entonces cuando comenzó a tomar cursos por su propia cuenta en Colombia y Estados Unidos.
En 1999 inició formalmente operaciones con la apertura de su primera tienda en Polanco, pero también con una división para abastecer a otras empresas de café como Wal-Mart y Comercial Mexicana, y al paso de los años logró alianzas con Grupo Posadas, Mayan Palace y las aerolíneas Mexicana y Aeroméxico, donde se sirve el grano que abastece González Cid. “La vocación fundamental de Punta del Cielo no es sólo vender café, sino aportar, desarrollar modalidades que proporcionen un giro interesante al café mexicano”, explica la propia empresa en un documento para los interesados en una franquicia, un esquema que recientemente aplicó para impulsar la presencia del concepto tanto nivel nacional como internacional.
El esquema de su negocio y los primeros resultados llamaron la atención de Endeavor, un organismo privado que apoya a los jóvenes emprendedores, que le ofreció de manera gratuita asesoría y contacto con empresarios consolidados para reforzar sus planes y potenciar su crecimiento. Los resultados de esta ayuda fueron muy positivos. De acuerdo con un artículo de la revista Business Week, hasta 2005 las ventas de Punta del Cielo sumaron cerca de 3.5 millones de dólares, y luego de la intervención de Endeavor llegaron a 5 millones de dólares, es decir, un crecimiento superior a 40%, gracias a la introducción de nueva tecnología e iniciativas publicitarias más creativas.
“Endeavor te apoya cuando ya vio que tú eres exitoso en cierto nivel y que es viable el proyecto, y en ese momento es un acelerador que realmente te ayuda a crecer, te guía por el camino adecuado, te asesora, pero todo sobre una base que ya existe y dio resultados”, enfatiza González Cid.
Ahora en los planes a corto plazo de Punta del Cielo está exportar el concepto a otros países, principalmente en el continente europeo, donde es muy apreciado el café mexicano.
“El ambiente de negocio es difícil, pero México es un país muy noble porque tiene nichos de oportunidades; hemos tenido apoyos del gobierno de los bancos. Yo creo que haciendo bien las cosas y macheteándole diario se puede”, agrega el empresario, quien considera que la competencia es uno de los elementos que motiva al crecimiento e innovación constante del negocio.
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