Atención al origen del café
Con la prima tan alta que se estápagando por nuestro grano se ha generado espacio para una especie de arbitraje nefasto y peligroso, pues están empezando a aparecer negociantes que importan café de otros países para reexportarlos con sello de origen de Colombia
Precios como pocas veces en la historia se habían visto en la industria cafetera ilusionan a los cultivadores en Colombia, quienes a pesar de no tener en este momento grano para la venta, están viendo cómo las cotizaciones internas han llevado a que se pague hasta a 95 mil pesos por arroba, es decir 950 mil pesos por carga.
Como es bien sabido, el precio internacional al que se negocia el café colombiano se determina por dos factores, el valor en bolsa que se regula por la oferta y la demanda, y la prima adicional que reconoce el mercado por el origen del grano, lo que en el caso colombiano da garantías adicionales al comprador de estabilidad en la calidad, cumplimiento en las entregas y, en general, es un premio a la confianza en la seriedad del proveedor.
En las últimas semanas se han conjugado circunstancias favorables para las negociaciones del café colombiano, pues por una parte hay una disminución mundial en las existencias del grano debido a que el aumento del consumo y las bajas producciones llevaron a una caída de los inventarios y al consecuente incremento en los precios. Por estos días la cotización en bolsa ronda los 1,30 dólares por libra, y lo que estiman los analistas es que continúe por esos niveles en lo que resta del año.
De otro lado, la prima de origen ha alcanzado niveles históricos, pues tradicionalmente se consideraba alta cuando alcanzaba los 20 ó 30 centavos de dólar por libra, y hoy se está negociando a valores cercanos a los 80 centavos. Esta tendencia, sin embargo, no parece sostenible en el tiempo y se cree que una vez empiece la cosecha del segundo semestre caiga a los niveles tradicionales de negociación.
Fue suficiente una disminución en la producción cafetera de un poco menos del 10% en 2008, según las cifras de la Federación Nacional de Cafeteros, y una caída en la cosecha de los departamentos del sur del país que no pertenecían tradicionalmente a este sector, para que la prima del mercado se multiplicara por tres o cuatro veces.
Pero no todo son buenas noticias. Además de que hasta ahora la coyuntura de precios sólo ha servido para generar ilusiones, pues como dijimos no hay café para la venta, el hecho de tener precios tan altos puede llevar a restricciones en la demanda por los grandes tostadores internacionales que acudirían a variar la composición de las mezclas que venden al público y, en el mediano plazo, disminuir sus necesidades de café colombiano. Es decir que mientras no existan suficientes marcas con el sello 100% colombiano, y que los consumidores finales exijan el origen de nuestro país, siempre habrá una dependencia de las mezclas que jugará en contra de los cafés más caros.
También, con la prima tan alta que se está pagando por nuestro grano se ha generado espacio para una especie de arbitraje nefasto y peligroso, pues están empezando a aparecer negociantes que importan café de otros países, centroamericanos principalmente, para reexportarlos con sello de origen de Colombia. Esto, además de las implicaciones éticas, es un engaño al mercado que atenta contra los cultivadores y la institucionalidad del café en Colombia que hay que controlar y evitar.
Hay pues un ambiente de optimismo en el gremio cafetero originado en los precios actuales del grano, llegando algunos a soñar con valores de un millón de pesos por carga para la próxima cosecha. Sobre esto hay que ser prudentes, nadie tiene la bola de cristal que permita predicciones concluyentes, pero sí creemos que es un hecho que la producción del segundo semestre se podrá vender a precios bastante remunerativos y rentables, por lo que no se deben escatimar cuidados en estos momentos en los cafetales. Por lo demás, hay que exigir que los cafés que se importen para atender el consumo doméstico se queden acá, y que por ninguna circunstancia se permita exportar como colombiano un producto cultivado en otro país.
http://www.lapatria.com/Noticias/ver_noticia.aspx?CODNOT=66647&CODSEC=12
Con la prima tan alta que se estápagando por nuestro grano se ha generado espacio para una especie de arbitraje nefasto y peligroso, pues están empezando a aparecer negociantes que importan café de otros países para reexportarlos con sello de origen de Colombia
Precios como pocas veces en la historia se habían visto en la industria cafetera ilusionan a los cultivadores en Colombia, quienes a pesar de no tener en este momento grano para la venta, están viendo cómo las cotizaciones internas han llevado a que se pague hasta a 95 mil pesos por arroba, es decir 950 mil pesos por carga.
Como es bien sabido, el precio internacional al que se negocia el café colombiano se determina por dos factores, el valor en bolsa que se regula por la oferta y la demanda, y la prima adicional que reconoce el mercado por el origen del grano, lo que en el caso colombiano da garantías adicionales al comprador de estabilidad en la calidad, cumplimiento en las entregas y, en general, es un premio a la confianza en la seriedad del proveedor.
En las últimas semanas se han conjugado circunstancias favorables para las negociaciones del café colombiano, pues por una parte hay una disminución mundial en las existencias del grano debido a que el aumento del consumo y las bajas producciones llevaron a una caída de los inventarios y al consecuente incremento en los precios. Por estos días la cotización en bolsa ronda los 1,30 dólares por libra, y lo que estiman los analistas es que continúe por esos niveles en lo que resta del año.
De otro lado, la prima de origen ha alcanzado niveles históricos, pues tradicionalmente se consideraba alta cuando alcanzaba los 20 ó 30 centavos de dólar por libra, y hoy se está negociando a valores cercanos a los 80 centavos. Esta tendencia, sin embargo, no parece sostenible en el tiempo y se cree que una vez empiece la cosecha del segundo semestre caiga a los niveles tradicionales de negociación.
Fue suficiente una disminución en la producción cafetera de un poco menos del 10% en 2008, según las cifras de la Federación Nacional de Cafeteros, y una caída en la cosecha de los departamentos del sur del país que no pertenecían tradicionalmente a este sector, para que la prima del mercado se multiplicara por tres o cuatro veces.
Pero no todo son buenas noticias. Además de que hasta ahora la coyuntura de precios sólo ha servido para generar ilusiones, pues como dijimos no hay café para la venta, el hecho de tener precios tan altos puede llevar a restricciones en la demanda por los grandes tostadores internacionales que acudirían a variar la composición de las mezclas que venden al público y, en el mediano plazo, disminuir sus necesidades de café colombiano. Es decir que mientras no existan suficientes marcas con el sello 100% colombiano, y que los consumidores finales exijan el origen de nuestro país, siempre habrá una dependencia de las mezclas que jugará en contra de los cafés más caros.
También, con la prima tan alta que se está pagando por nuestro grano se ha generado espacio para una especie de arbitraje nefasto y peligroso, pues están empezando a aparecer negociantes que importan café de otros países, centroamericanos principalmente, para reexportarlos con sello de origen de Colombia. Esto, además de las implicaciones éticas, es un engaño al mercado que atenta contra los cultivadores y la institucionalidad del café en Colombia que hay que controlar y evitar.
Hay pues un ambiente de optimismo en el gremio cafetero originado en los precios actuales del grano, llegando algunos a soñar con valores de un millón de pesos por carga para la próxima cosecha. Sobre esto hay que ser prudentes, nadie tiene la bola de cristal que permita predicciones concluyentes, pero sí creemos que es un hecho que la producción del segundo semestre se podrá vender a precios bastante remunerativos y rentables, por lo que no se deben escatimar cuidados en estos momentos en los cafetales. Por lo demás, hay que exigir que los cafés que se importen para atender el consumo doméstico se queden acá, y que por ninguna circunstancia se permita exportar como colombiano un producto cultivado en otro país.
http://www.lapatria.com/Noticias/ver_noticia.aspx?CODNOT=66647&CODSEC=12
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