domingo, 24 de mayo de 2009

Café de Nicaragua

Mujeres de Nicaragua cosechan los frutos de su labor en el café

Casi al final de la temporada de lluvia, dos mujeres cruzan el enlodado camino de tierra y entran a un exuberante jardín. Rosa Amelia Centeno Centeno, nicaragüense de 52 años, conduce a la agrónoma Mariela Zamora a la colina debajo de la copa de la espesa selva donde las plantitas de café echan raíces en el rico suelo negro

Una sonrisa de satisfacción se dibuja en el rostro de esta agricultora mientras separa las hojas verdes y brillantes para dejar al descubierto las ramas de donde cuelgan cientos de cerezas de una de las mercancías más populares del mundo: el café.

"Este café reúne las cualidades para ser cultivado en la sombra, con calidad de exportación a los Estados Unidos, orgánico y certificado por Comercio Justo", explicó Rosa. Hace nueve años, Rosa y otras cuatro mujeres se dispusieron a cambiar el rumbo de su vida y lograr mejores condiciones para sus hijos y sí mismas.

Dejaron sus trabajos como cultivadoras y cosechadoras de café y dieron inicio a su propia empresa cooperativa con ayuda de la Fundación Entre Mujeres (FEM), una organización local que prepara y capacita a las mujeres en aspectos relacionados con la agricultura.

Para comenzar, la FEM les donó alrededor de 17,8 hectáreas (52 acres) de tierra para uso agrícola en la comunidad de Jacote, departamento de Estelí, en el noreste de Nicaragua.

"Ahora tenemos (casi 3 hectáreas -7 acres-) de café y el resto para granos básicos, frijoles, maíz, jícama y ganado", expuso Rosa.

Después, la fundación les entregó a las mujeres las herramientas que les hacían falta para el éxito.

"La FEM nos ha dado capacitación, especialmente sobre cómo mantener la calidad y cómo producir fertilizante orgánico", explicó Rosa.

Ahora estas mujeres tienen mejores ingresos para mantener a sus familias y mejor control sobre sus vidas. "Antes solo sabíamos cultivar y cosechar café, pero trabajábamos para otros", dijo Rosa. "¡Ahora somos dueñas!".

En 2007, Catholic Relief Services (CRS) comenzó a preparar un nuevo programa que pretendía ajustarse perfectamente a las beneficiarias de la FEM. El programa, financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés), se denominó ACORDAR (Alliance to Create Opportunities for Rural Development Through Agro-enterprise Relationships).

Renee Lambert, voluntaria internacional de CRS, explicó que el programa ayuda a los agricultores nicaragüenses a superar las deficiencias tecnológicas y aprovechar las ventajas de los mercados emergentes.

El programa también planea "promover la igualdad del género, incluyendo activamente a las mujeres para que dejen de ser participantes pasivas que llevan ingresos a la familia, y pasen a ser participantes activas en el proceso de decisión del hogar", expresó Lambert.

ACORDAR donó 11.300 plantas de café para ser divididas entre 18 mujeres en la cooperativa que incluye el colectivo de Rosa. Estas plantas les permitieron a las mujeres "expandir el área de cultivo de café, llevando (eventualmente) más ingresos a nuestras familias", sostuvo Rosa.

Al trabajar directamente con la FEM, Rosa comprendió el impacto de la participación de CRS. "Los miembros de la cooperativa saben cómo CRS apoya a la FEM y gracias a esta inyección de recursos aprendemos más y aumentamos nuestra capacidad, lo que nos permite generar mayores ingresos produciendo más café", concluyó Rosa.

Nuestro mundo necesita más historias de éxito, paz y esperanza. Lee más testimonios y aprende cómo puedes ayudar a los que más te necesitan visitando el sitio de Catholic Relief Services, la agencia oficial de la comunidad católica de los Estados Unidos para ayuda humanitaria internacional.



http://noticias.terra.com/articulos/act1776440/2/Mujeres_de_nicaragua_cosechan_los_frutos_de_su_labor_en_el_cafe/

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