martes, 29 de septiembre de 2009

Torrefactores

En Café Arangos cada uno escoge el sabor


ESTA PEQUEÑA EMPRESA abrió punto de venta en la Milla de Oro, en El Poblado, apoyado por Interactuar y quiere entrar a las grandes ligas de los exportadores de café. Por ahora, se orienta a ofrecer un café personalizado, con el sabor que el cliente reclame
La tradición cafetera de la familia no se pierde. Su madre, Leticia, es de Concordia y de varias fincas de ésta y otras poblaciones cafeteras del Suroeste, recibe el mejor café seleccionado para responder a los gustos de los clientes.

Café Aragones y su marca Café Arangos incursionó en este mercado con una idea muy clara: la de personalizar el consumo de café, es decir, que el cliente pueda escoger en su propia tienda (en el Centro Ejecutivo 43 Avenida, en El Poblado) el café que más le gusta.

La barra del negocio está llena de café y exhibe las variedades con las cuales procesa la bebida: el caracolito de Salgar, el pergamino, de El Retiro, o el Supremo de Valparaíso o Salgar y el UGQ, también de Salgar, entre otras variedades. Quien quiera tomarse un café de estas variedades, basta escogerlo y ahí mismo se lo preparan en segundos, personalizado.

"Queremos que la gente se goce el café y queremos mostrarle a la gente que el café no es solo tinto", dice Juan Arango Gutiérrez, el soñador que inició la empresa, con su madre, Leticia Gutiérrez y su esposa, María Cristina Montoya.

Mientras ellas laboran en la planta, escogiendo el café grano por grano antes de tostarlo, él atiende el Café House en la Milla de Oro, con la tostadora con que inició la empresa en el garaje de la casa materna.

"La apertura de este primer punto de venta es el primer sueño cumplido de la empresa", dice Juan, con orgullo de su microempresa, que fue premiada en 'Antójate de Antioquia' en 2006 por el café tostado en grano y molido y, en 2007, por el café en grano y por el grano de café recubierto de chocolate.

Café de calidad
"No ofrecemos un café de consumo masivo, sino institucional y personalizado, porque la materia prima es de primera calidad, escogida en las propias fincas... En este negocio primero es la calidad y después el precio", dice Juan Arango. Y explica que la idea del negocio es que la gente conozca la historia del café y todo lo que hay detrás, para que disfrute mejor cualquier variedad.

Así como destaca los premios en Antójate de Antioquia, también resalta el apoyo de Interactuar desde 2001, donde recibió capacitación, asesoría (en mercadeo e imagen corporativa y otras áreas) y un crédito, del fondo de capital semilla, de 87 millones de pesos, para emprender el proyecto de Café House, que le demandó una inversión de 160 millones de pesos.

En Interactuar también recibió un reconocimiento a la Innovación Empresarial, en el premio al Famiempresario del Año en 2007.

En la Milla de Oro abrió el 26 de agosto -hace un mes- y, aunque no ha logrado el punto de equilibrio, se declara satisfecho de los resultados.

Desde la barra del negocio se respira aroma de café. Allí no solo ofrece las diferentes variedades de café (desde el tradicional tinto, de 1.000 pesos, hasta café suizo, con whisky y helado de chocolate y otras variedades), así como productos de repostería, jugos, sánduches y pastas, entre ellas, lasañas, raviolis y canelones de su marca Benedetto y batidos, granizados, expresos o capuchinos.

En la planta, Café Arangos procesa cada mes unos 25 sacos de 70 kilos de café verde, que despacha para sus clientes institucionales (hoteles, restaurantes, uso residencial centros comerciales o los llamados cafés al paso).

Otro de los sueños es el montaje de una escuela de preparación de café -los domingos-, para enseñar desde la trilla y el tostado hasta la cata y el procesamiento de la bebida, para profundizar la cultura del café tan arraigada en nuestro medio

Café Aragones ha cumplido con todos los pasos requeridos para ser exportador: se capacitó en el Zeiky, del Ministerio de Comercio e Industria, asistió a varias ferias en España y Estados Unidos y se prepara para Expopyme (la segunda fase), pero ya se tropezó con una barrera.

A pesar de que tiene un cliente listo en Canadá, dispuesto a girar antes del envío del café (unas 1.000 libras por mes), no ha logrado que le expidan una póliza que le exige la Federación de Cafeteros a los exportadores. "Vendemos una experiencia, pero tenemos esa barrera de entrada, porque nos miden igual que a los grandes exportadores", se queja Juan Arango. Y dice que el sueño de exportar sigue aplazado, pero no descartado, "porque sabemos de la calidad del café que vendemos"

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/en_cafe_arangos_cada_uno_escoge_el_sabor/en_cafe_arangos_cada_uno_escoge_el_sabor.asp

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